James Watt

Nació en Greenock, Escocia, y vivió y trabajó en Birmingham, Inglaterra. Fue un miembro clave de la Sociedad Lunar.
Watt inventó el movimiento paralelo para convertir el movimiento circular a un movimiento casi rectilíneo, del cual estaba muy orgulloso, y el medidor de presión para medir la presión del vapor en el cilindro a lo largo de todo el ciclo de trabajo de la máquina, mostrando así su eficiencia y ayudándolo a perfeccionarla.
Watt ayudó al desarrollo de la máquina de vapor, convirtiéndola, de un proyecto tecnológico, a una forma viable y económica de producir energía. El éxito conseguido hace que su modelo se expanda rápidamente por Londres, Manchester y Birmingham, ciudades en las que empiezan a experimentarse los inicios de la revolución industrial, y en las regiones donde el carbón, la energía más utilizada del momento, resulta más caro.
La importancia de su invento radica en que es una de las claves de la Revolución Industrial, al conseguir multiplicar el aporte de fuerza reduciendo el gasto de energía. Su aplicación, la máquina de vapor, se dio en minería y comunicaciones, especialmente. La aparición de la energía eléctrica no desbancó al uso del vapor hasta muchos años después
En 1785 la Royal Society de Londres lo acogió como uno de sus miembros. A pesar del éxito económico que le reportaban sus inventos, decidió alejarse de las actividades industriales a partir de 1794.
Los avances realizados por Watt fueron de una importancia esencial para el desarrollo del período conocido como la Revolución Industrial. Fueron el impulso necesario para despertar el interés en áreas como la mecánica, que contribuyeron en las mejoras de las industrias. Así fue como surgieron conceptos tan comunes en la actualidad como la producción en serie.
Falleció en Birmingham el 5 de agosto de 1819.
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